jueves, 16 de enero de 2014

Un evento colectivo

Ningún momento más oportuno para irse a vivir a la montaña, fantasea el flan perfecto, ahora que las palometas comen extremidades y los rayos no respetan la vida balnearia.
Ninguno más oportuno para cultivar su propio alimento y sus propias hierbas, ahora que Monsanto y el imperio de los narcos. Ahora que los formadores de precios, la puja distributiva y la emisión de dinero.
El flan perfecto no teme a la vida austera tanto como a los insectos, pero toma como parámetro al náufrago y concluye que a más tardar en dos años dominará la naturaleza y tendrá un físico privilegiado.
Mantenerse incomunicado redundará en palpables beneficios, ahora que los medios paraoficiales copan la parada y Dante Palma maneja la agenda mediática. Ahora que sobre Milani nos advierte Magnetto, siempre tan derecho y humano.
El flan perfecto se pregunta cómo abogar por la unidad latinoamericana y por la revolución bolivariana sin la cobertura emancipatoria del 3G. No concibe cómo ayudar a los que menos tienen sin indignarse en un truculento estado de Facebook. 
Pero la desesperanza no cabe cuando el sueño esta en marcha, cuando los viejos se van a vivir a la montaña y los jóvenes pelean. Algún día llegarán las buenas nuevas con el viento a tocar la puerta del flan perfecto, que aún solo podrá alegrarse por su pueblo y comprender, como todo demasiado tarde, que la felicidad es un evento colectivo.