miércoles, 28 de abril de 2010

Bastante escueto

Distingue el hombre el bueno del malo. Y camina con su detector como estandarte. No ayuda mucho para hacer amigos. Acota la lista en Facebook y merma la avalancha de notificaciones.
Distingue el hombre lo bueno de lo malo. Lee la biblia y clasifica sus dichos; actúa bajo un riguroso código moral. Ayuda a ciegos a cruzar la calle y corrobora que a las señoras les den bien el cambio.
Distingue con holgura al charlatán, al engrupido y al pedante. Los crucifica y no se permite compartir una sala con ellos. Los lugares habitables disminuyen y estudia poner llave en su habitación.
Comenta con la madre y le promete una copia.
Denuncia cualquier clase de ilícito. Por recto, por rencoroso. No se permite la violencia física, pero desarrolla la verbal con gran precisión. Desconfía sistemáticamente, devuelve billetes arrugados o con cinta.
Ahorra. Por el fin mismo de ser medido. Y porque sus sueños son bastante escuetos.
Consulta intermitentemente a un psicólogo estatal para maximizar el destino de sus impuestos. Exige factura; o descuenta el %21 y más tarde avisa a las autoridades de la AFIP.
Sobre el final, envía el número de recibo y espera el sorteo del auto.
Es soltero en defensa propia (le gusta decir) y por unanimidad. Tiene una relación con la TV, con los bizcochos Don Satur y con el mate dulce. Gana de mano a los amigos (simpatizantes del amargo) mezclando azúcar en el paquete de yerba.
En cada foro que visita deja su huella, antipática, de tinte conservador. Contrero por deporte, odia los deportes, pero los comenta igual. Propone cambios en las reglas u opina que los jugadores se han corrompido. ¨No hay amor a la camiseta, empezando por los clubes que la cambian a cada rato, y sólo importan los contratos millonarios¨. ¨La selección de fútbol es una feria para Europa, una gran vidriera de talentos al servicio del capital¨.
No tiene nada para decir pero lo dice. No tiene ideología pero la defiende. No tiene un gran corazón pero lo exhibe.
Porque se hizo un blog. Y tiene que justificarlo.