tag:blogger.com,1999:blog-43923030005107667982024-02-20T11:56:04.341-03:00el flan perfectoManuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.comBlogger42125tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-21875843075287288932018-05-01T14:11:00.000-03:002018-05-02T12:02:50.018-03:00Vieja locaEl flan perfecto envejece. Se lo avisan el calendario y el cuerpo; los cambios de ciclo y los mundiales; el peso del archivo y los alcances de la nostalgia.<br />
Envejece en su barrio, sugiriendo una prematura vuelta al origen o el primero de muchos regresos, a paso cambiado con las izquierdas latinoamericanas.<br />
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El flan perfecto se renueva. Debe ser el aire, las caras conocidas o el amor tanguero barrial que de tan irracional adquiere cierta mística.<br />
Se renueva porque el letargo es tan cómodo y seguro como la muerte.<br />
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El flan perfecto envejece. Se lo avisan algunos sueños truncos y el sueño que trunca sus noches; la repetición en todas sus variantes; sorpresivas epifanías que guarda siempre bajo la alfombra.<br />
Envejece en su mundo que es bien chico, como su coraje, como su capacidad conmoverse y pasar a la acción.<br />
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El flan perfecto se renueva. Quizás no sea tan vistoso como cambiar el auto pero puede que aligere la marcha.<br />
Se renueva y se recicla, como su casa que lo aventaja y que lo vigila desde panópticas manchas de humedad.<br />
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El flan perfecto envejece. Se lo avisan los secundarios que marchan para tomar una posta que él ni siquiera les dejó.<br />
Envejece en una democracia joven y corporativa, que hace pie en los más oscuros prejuicios de la clase media y descansa en el frío arte de la represión.<br />
El flan perfecto tiene oscuros prejuicios, como todos, pero con ellos no se hace la política y aquí nadie pareciera saberlo.<br />
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El flan perfecto se renueva, porque le asusta ver hasta que punto se olvidó de lo artesanal.<br />
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Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-5457421065690479892014-03-16T19:33:00.001-03:002014-03-16T19:33:08.311-03:00Hagan algoEl flan perfecto se convierte en un suspicaz lector de la prensa independiente y de doce horas de debate parlamentario extrae la dipersión de Boudou jugando al sudoku, como metáfora perfecta de la vagancia oficial, extendida al resto de la población con sus prácticas clientelares. "Prefiero un país sin haraganes aunque para lograrlo algunos miles mueran de hambre. Es el sacrificio necesario si queremos un país normal", se define políticamente el flan perfecto, dispuesto a recuperar lo bueno del kirchnerismo y a dejar atrás lo malo, como Massa, que era lo bueno del kirchnerismo.<br />
Se convierte también en panelista penalista sin tener que soportar el tedio de leer un texto completo. Y para qué estudiar el anteproyecto si diarios regionales sostenidos con fondos obtenidos del reciclaje de pilas como Clarín y La Nación le resaltan los puntos principales. El razonamiento del flan perfecto sigue del siguiente modo: "Los vagos creados y mantenidos por este gobierno son tan delincuentes como ellos, y juntos festejarán en una orgía de choripanes y planes sociales pisando el cédped de la plaza de mayo cuando se apruebe el nuevo código penal que los exonerará de todo y condenará con prisión perpetua a todo pensador independiente, como Alfredo Casero o Joquín Morales Solá".<br />
Redondito, piensa el flan perfecto cada vez más agudo, dispuesto a darle batalla a las columnas dominicales de Alejandro Berenztein.<br />
Pero no todo es una pelea de egos, no mientras la batalla cultural esté en marcha. No mientras "la reina", poseedora exclusiva del síndrome de hubris, nos quiera convencer de que el gasto social en realidad es una inversión. No mientras la yegua nos quiera convencer de que mejor que tener la plata de los jubilados en manos de especuladores privados es utilizarla con el engañoso concepto de generosidad intergeneracional.<br />
El flan perfecto es zonzo pero no boludo y no dudará en sumarse a la recolección de firmas si peligra la república. Antes de despedirse les pide a los lectores que si algo pasa, si lo sacan del ciberespacio, que hagan algo. "No les pido que lo hagan por mí. Se los pido, pero para que hagan algo por ustedes", concluye sabiendo que unos cuantos traidores lo tildarán de destituyente.<br />
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<br />Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-64915307720225344312014-01-16T19:03:00.001-03:002014-01-16T19:05:47.197-03:00Un evento colectivoNingún momento más oportuno para irse a vivir a la montaña, fantasea el flan perfecto, ahora que las palometas comen extremidades y los rayos no respetan la vida balnearia.<br />
Ninguno más oportuno para cultivar su propio alimento y sus propias hierbas, ahora que Monsanto y el imperio de los narcos. Ahora que los formadores de precios, la puja distributiva y la emisión de dinero.<br />
El flan perfecto no teme a la vida austera tanto como a los insectos, pero toma como parámetro al náufrago y concluye que a más tardar en dos años dominará la naturaleza y tendrá un físico privilegiado.<br />
Mantenerse incomunicado redundará en palpables beneficios, ahora que los medios paraoficiales copan la parada y Dante Palma maneja la agenda mediática. Ahora que sobre Milani nos advierte Magnetto, siempre tan derecho y humano.<br />
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El flan perfecto se pregunta cómo abogar por la unidad latinoamericana y por la revolución bolivariana sin la cobertura emancipatoria del 3G. No concibe cómo ayudar a los que menos tienen sin indignarse en un truculento estado de Facebook. </div>
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Pero la desesperanza no cabe cuando el sueño esta en marcha, cuando los viejos se van a vivir a la montaña y los jóvenes pelean. Algún día llegarán las buenas nuevas con el viento a tocar la puerta del flan perfecto, que aún solo podrá alegrarse por su pueblo y comprender, como todo demasiado tarde, que la felicidad es un evento colectivo.</div>
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<br />Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-22697344234796368462013-09-22T19:35:00.000-03:002013-09-22T19:42:20.701-03:00Nómade y sucioEl flan perfecto cambia de hogar como de calzoncillo, revelando un andar nómade y sucio, como el de los camiones de basura o el de Hugo Moyano. "Estoy hablando de política", aclara para los mal pensados que ya estaban telefoneando al Inadi. Muda sus años que pesan tanto como los muebles y que también llevan impresos golpes que los marcaron para siempre.<br />
Cambia de barrio pero no de ambiente. Porque la clase media tiene copada la parte media de la capital y desde ahí lanza sus gritos y sus prejuicios que alcanzan a toda la república, o a lo que queda de ella, luego del flagelo kirchnerista. El porteño nace europeo y defiende lo suyo a capa y espada, porque tiene el puerto y tiene la aduana, y a los salvajes los manda bien al sur, con un egoísmo que navega las aguas de la indiferencia y se deposita en las urnas.<br />
El flan perfecto recibe la primavera y piensa que después de un año de traslación terrestre, pasar de Palermo a Villa Crespo no debería siquiera mencionarse. Pero las hormigas ven lo que su altura les permite y el jardín de edificios mal podados es todo para ellas.<br />
Despierta lentamente del eterno sueño noventista, pero en la tele está Massa y la confusión es inevitable. Despierta lentamente porque los encargados de levantarlo también se quedaron dormidos y gritarles a esta altura puede ser peligroso.<br />
Cuando arranca la primavera y llueve, el flan perfecto ya no va al parque a sentirse un secundario, saca las macetas al balcón, les cuenta la historia de los vencidos y, viendo el agua caer, espera que florezcan mil flores.<br />
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<br />Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-24091521829971386082012-12-22T14:53:00.000-03:002012-12-22T17:21:31.685-03:00Alma de cucarachaEl flan perfecto sobrevive al fin del mundo y a los saqueos, fiel a su alma de cucaracha. Avanza como un zombie, aferrado a pensamientos básicos e instintivos, pensando que quizás comer un par de cerebros en esta época no sea tan grave y que ante eventuales reveses judiciales siempre es posible obtener una cautelar. Avanza como un zombie, pensando sólo en el consumo, como hizo durante su vida humana, con un apetito que escapa a su entendimiento.<br />
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El flan perfecto es también el hombre que subyace. Persigue objetivos como si le fueran propios. Ahorra para consumo futuro y aunque los zombies no lo entiendan eso le da felicidad. Es el hombre que estudia, trabaja, paga alquiler, mira tele, admira filósofos y está lleno de prejuicios. Ensaya divertidos juegos de mente que lo distraen por horas, días y años. Hasta puede que obtenga un diploma y logre sobresalir entre otros hombres zombie para garantizarles el hambre y las bondades de la muerte, sin saber que el hambre del corazón es mucho más grande y que es difícil de llenar cuando se vive secando el alma para guardarla en papel film.<br />
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El flan perfecto vive los tiempos que vive para reconciliar al hombre con el zombie. Para trazar objetivos comunes que hasta ahora se parecen poco y nada. Porque el hombre es una máquina diseñada para luchar por lo que no tiene sentido y para eso hacen falta unas cuantas banderas. Para ocultar la más grande, que de tan grande gira con la tierra y sólo la ven desde el espacio unos cuantos alienígenas.<br />
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El flan perfecto vive los tiempos que vive para cuidar al zombie de la acción del hombre. Porque los zombies comen cerebros pero escriben poesía, y no hay tiempo para descifrarla cuando existe la amenaza de otros hombres.<br />
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El flan perfecto no va a esperar otro fin del mundo para replantear sus prioridades, ni va a sentarse frente a la televisión para que le digan cómo hacerlo. No hasta que salga Bonelli y lo reemplace un verdadero zombie.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-67395117748010743682012-09-22T22:15:00.000-03:002012-09-24T14:01:41.027-03:00El árbol de la vidaEl flan perfecto está preocupado por el tema de la desinversión que plantea la ley de medios. No leyó el texto completo pero salió con la cacerola a defenderse, junto con los blogueros asociados y columnas violentas de sus clubs de fans. Se calzó una remera con una flecha apuntando hacia el Sur y la leyenda "regulame ésta", para demostrar que se puede protestar y tener clase al mismo tiempo.<br />
Quizás no sabe que pelea en contra de sus intereses, pero al flan perfecto más le vale cacerola en mano que vivir votando.<br />
De todos modos, se propone vivir esta crisis de existencia estoicamente, demostrando vocación, entregado al trabajo, como los violinistas del Titánic justo antes de hundirse en la frialdad del océano y del cine hollywoodense.<br />
El flan perfecto arranca la primavera con un ánimo contemplativo renovado, adquirido en las famosas meditaciones de Ravi Shankar, sabido consejero político de nuestro excelentísimo jefe de gobierno. Por otro lado, las chicas y sus atrevidas vestimentas de estación fomentan el estado referido y eventuales babeos que pasarán a engrosar el caudal del arroyo Maldonado.<br />
Pero no todo es mirar escotes o hacer cualquiera con el Borda, también se puede adoctrinar chicos y luego darles derechos que no sabrán manejar, como el voto a los dieciséis, o una adecuada educación sexual.<br />
Más allá de la clásica y punzante lectura de la actualidad, el flan perfecto abarca también asuntos metafísicos y filosóficos. Porque la vida es como un árbol y no es más sabio el que alcanza la rama más alta, sino el que entiende mejor a toda la copa. "Sería algo así como estudiar comunicaciones", aclara, alcanzando y dominando la rama del humor, imponiendo un nuevo estándar de calidad para los jóvenes del stand up. "Búsquense un trabajo", les diría un tío medio fascista del flan perfecto, Parrilla al Cabrón.<br />
A modo de despedida, pone a disposición del lector un mail para denunciar blogs más entretenidos, dispuesto a enviarles a la Administación Federal de Ingresos Públicos si fuera necesario. "No es persecución", explica, para los eternos mal pensados de Página 12. La dirección se encuentra en la página de perfil y cualquier chica de medidas proporcionadas podrá también dejar su teléfono para que la denuncia sea atendida de inmediato. "No es discriminación", vuelve a aclarar y oscurece por completo.<br />
<br />Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-33897826561462593832012-05-31T15:38:00.000-03:002012-07-17T22:43:12.202-03:00Huida y deforestaciónEl flan perfecto aparece con el último aliento del otoño templado, concluyendo que el calentamiento global no puede ser tan malo si redunda en inviernos más cortos. "Hay que pensar en el bien común", dice mirando de refilón a unos cuantos desalmados que trabajan para Greenpeace y para la selva chaqueña. Hay actitudes que no comprende, en el marco de una estricta escala de valores, pero se consuela pensando que si no se ajustan a los intereses del pueblo pronto serán expropiados y manejados por un buen funcionario de gobierno.<br />
El flan perfecto aparece también en un acto simbólico y de presencia, no sea cosa que unos cuantos ingleses vean un espacio deshabitado y se erijan en armas y en gobierno. "Como una vez le pasó a mi tía Pocha, que alquiló carpa por quincena en Mar del Plata y al cabo de dos días nublados que hizo centro, un puñado de hombres-Beckham ya se había instalado e izado su bandera", comenta para poner el asunto en un plano más cotidiano.<br />
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Se relee el flan perfecto y lo asalta la congoja, descubre en sus dichos partículas de odio dispuestas a atascarse en los corazones, junto al colesterol malo y a las flechas de Cupido. "Las palabras, como las cucarachas, llegan rápido y sin aviso pero no desaparecen ni con la bomba atómica", reflexiona y piensa seriamente en eliminar el archivo, vender la computadora y dedicarse a la deforestación. Al cabo de un momento resuelve que sería una actitud cobarde y que para cobardes ya están Caruso Lombardi y el Muñeco Gallardo. "Paradójico apellido para un hombre que rasguña a sus oponentes", señala mientras imagina una divertida pelea entre ambos.<br />
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El flan perfecto no quiere pecar de cholulo y se guarda las horas de pensamientos dedicados a la separación Cabré-Tobal para proponer temas más serios. Uno que le preocupa de sobremanera es la cantidad de gente que se la pasa hablando en el cine. Es cierto que no es asiduo, dados su ingreso y falta de acompañante, pero aun así cree que el tema se está desvirtuando, que ya era suficiente con el ruido a pochoclo y los reflejos celulares. Adjudica todo el asunto a la clásica postura de "me cago en el otro" y a la caída en desuso de los antiguos cafetines como punto de reunión. Como todo buen ciudadano no plantea un problema sin ofrecer una solución: se postula como acomodador de sala hasta que concluyan los avances y francotirador a pedido hasta el fin del largometraje. "F16 a D13", sentenciaría en su pantalla un avanzado sistema de buchoneo, para que instantes más tarde un certero disparo silenciado deje llorando a la muchacha del asiento D14 y aumente de manera infinitesimal el PBI per cápita.<br />
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Se pregunta el flan perfecto qué le anda pasando para pensar tantas cosas horribles, si aquel asuntito de la pérdida de su perro Puchi no lo estará afectando. Una lágrima comprueba sus más rebuscadas sospechas y regresa la idea de la huida y deforestación. Ahora con más fuerza, con el Chaco como un leve entrenamiento para el talado definitivo del Amazonas. Una vez más la idea de escapar se presenta como algo tangible en su corta vida, como si de veras significara un cambio. Como si no fuera la versión nómade de vivir con un miedo que a menudo lo paraliza y casi siempre lo deja mirando para otro lado.<br />
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<br />Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-43570115488029836272011-10-13T19:19:00.006-03:002011-10-13T19:28:08.758-03:00El frío de los suburbiosVuelve el flan perfecto como vuelven algunos políticos, sin que lo llamen y con las mismas ideas. Aparece cuando vienen el buen tiempo y el viento de cola, como las inversiones, ante público que no olvida ni perdona pero que deja pasar, como Adam Smith. El flan perfecto escribe desde tierras lejanas, a unos cuantos cientos de metros de su casa natal, con el frío de los suburbios que no alcanza a ser compensado por la migración hacia el Norte, y con la inseguridad en su máxima expresión, en el oscuro barrio de Palermo.<br />
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Vuelve también el fantasma de la guerra con un país vecino. Esta vez es el ejército charrúa al acecho, disfrazando sus oscuras intenciones tras un arsenal de termos bajo el brazo. Cualquiera que haya visto los Transformers o Troya sabe que cualquier objeto es una amenza potencial y que al terror hay que combatirlo con terror. "La filosofía yanqui al servicio de Latinoamérica", dice por ahí un porteño medio garca, autor de artículos como "El capital al servicio del hombre de Capital" y "Retenciones y campaña del desierto: soluciones para un problema interior".<br />
<span style="background-color: transparent;">Tanto conflicto deja pensando al flan perfecto. "Al final vivir en el Río de la Plata o en la Franja de Gaza es casi lo mismo", reflexiona con visible desazón.</span><br />
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Lo que se va es el horrible invierno, con sus horribles agostos a un horrible recoveco de nuestra conciencia. Que se vaya a azotar canadienses, opina el flan perfecto pensando sin dudas en el Michael Bublé que se robó a su Luisana Lopilato. "Ese sí es motivo de guerra", declara y piensa en los uruguayos con un renovado cariño fraternal. "El gaucho argentino no perdona a nadie que esté por encima del Ecuador", sentencia pensando en imponer serias trabas a sus importaciones, arma del macho patagónico por excelencia.<br />
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"Si la primavera es un puente entre el invierno y el verano, a ver quién es el valiente que se anima a hacerme un piquete", desafía a los charrúas nuevamente enemigos y a Quebracho en una sola oración, caminando por la cornisa entre el coraje y la estupidez. "Estás abriendo demasiados frentes", susurran sus allegados, despedidos por prudentes del ala más combativa del kirchnerismo. Pero el flan perfecto es pasional como el tango y mantiene su postura. Puede que el día de mañana se arrepienta, pero una vez arrojada la piedra no piensa esconder la mano.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-22625590002631523202011-07-23T15:09:00.000-03:002011-07-23T15:09:06.466-03:00Ese fuerte viento que soplaEl flan perfecto dejó pasar mucho tiempo. Tiempo importante, del que se mide en acontecimientos.<br />
Dejó pasar la elección porteña. Dejó pasar la ruptura Forlán-Zaira Nara. Dejó pasar la eliminación temprana de Argentina, a manos de un vecino que está a un río y a un penal de distancia. Algo desconcertado pide balotaje, convencido de poder revertir la diferencia. Quizás pidiéndole a Romero que no se tire tres veces para el mismo lado.<br />
Pero al argentino promedio no se deja amedrentar. "Vamos a defecar más que nunca estos días que se viene el Pampero y les vamos a llenar la costa de mierda", dice el flan perfecto y se disculpa por el exabrupto al tiempo que duda de su aseveración meteorológica. "Son las cosas que genera el futbol. Y a veces, en nuestro caso, la falta de él".<br />
De todos modos poco le importa el fútbol al flan perfecto ahora que Zaira está disponible. "Es una chica bien, muy mona", comenta medido. "Por eso no sorprende que le haya ido como la mona con Forlán", sigue y se pone pesado.<br />
En cuestiones políticas el flan perfecto es más centrado, menos visceral. Tiene su voto y lo defiende, pero ante todo aboga por el respeto. "No tolero la intolerancia", enfatiza seguro de haber pronunciado una paradoja que perdurará en el tiempo. Cuando se le pregunta asegura que no votará al de amarillo porque le parece<i> macriavélico</i> y hace una pausa para ver si el término acuñado tiene aceptación.<br />
Ciertas fotos en las que se lo ve con gente de barrio y en circunstancias casuales hacen dudar a este importante elector. Pero su costado crítico pregunta con una astucia punzante: "Y si esas fotos están armadas?". Quizás con actores pagos. Probablemente con un photoshop sin límites que transforma Recoleta en un paupérrimo barrio del Sur.<br />
Por otro lado, el flan perfecto no quiere pecar de mal pensado y se le ocurre que cualquier cosa desde el ángulo (in)adecuado puede ser mal vista. "Cualquier famosa actriz hollywoodense podría confirmarlo", farfulla mientras horribles imágenes de Britney Spears se proyectan en su mente.<br />
Con todo, el flan perfecto sigue defendiendo la democracia. "Odiar a la mitad de los porteños no me parece constructivo", dice apelando a lo que imagina como un público sensato, dueño de las mejores intenciones. Se le ocurre que comentarios como esos son el atajo perfecto a un voto que sale desde las entrañas, con la violencia de un disparo, y que atraviesa las urnas hasta alcanzar al pueblo y herirlo.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-20172898575950838312011-06-19T21:17:00.003-03:002011-06-19T22:32:43.578-03:00La democracia funcionaEl flan perfecto no cumple para que no se le reclame y para que no se espere nada de él. Porque dos meses de silencio no son nada si se compensan con un buen oído, con una recepción contemplativa y a pura reflexión. Aparte, como el gobierno, dispone el discurso cuando quiere y en donde quiere sin permitir preguntas. Puede parecer una crítica feroz pero es el oscuro delirio de poder el que lo moviliza. "Para criticar al gobierno ya está 6,7,8, con su equipo de filosos panelistas imparciales", dice y se desliga de ciertas responsabilidades.<br />
"La democracia funciona y cualquier votación lo confirmaría", arroja convencido aún cuando elige no ventilar su intención en las urnas. "Soy tan zurdo como la chica que mató a su amiga a puñaladas y cualquier pericia lo confirmaría", intenta aclarar y oscurece, pero da el tema por cerrado.<br />
Admite que la vida detrás de la pantalla es bastante fácil, que uno elige qué mostrar y qué no, que la labor del letrista se simplifica cuando puede consultar pilas de sinónimos en el word reference.<br />
"Batman hace lo mismo", se justifica. "Es fácil dejarse ver cuando estás salvando a Ciudad Gótica del Pinguino, ¿pero por qué no deja que ninguna cámara lo siga cuando está evadiendo los impuestos que generan bienes de lujo como el Batimóvil o rompiendo multas por exceso de velocidad cual vil moroso? Por otro lado, hay que ver si podría manejar tan rápido en un tránsito tan congestionado como el de Buenos Aires, atestado de peatones insolentes y viejas kamikazes".<br />
"Es todo parte de este gran circo mediático del que se componen nuestras vidas", arroja una piedra en la oscuridad.<br />
El flan perfecto cree que dos super héroes de esa calaña deberían ser amados con una convicción ciega y ajena a la reflexión. También se le ocurre que un buen logo proyectado sobre la ceniza volcánica sería buena publicidad.<br />
Está convencido que la erupción es justicia que emana de la madre naturaleza en pueblos sin corazón que manejan precios europeos para compradores locales. Al instante se disculpa desde el alma con los damnificados todos, pensando que quizás el humor negro no sea esta vez la solución. Piensa además que la nube volcánica dio la vuelta al mundo de manera muy rápida y con un margen de error muy pequeño teniendo en cuenta las distancias macro que maneja. "No es tiempo de ver lo negativo del evento sino de aprovechar lo que puede significar una verdadera revolución en materia de transporte y de mensajería", dice en tono científico. "Cualquier persona optimista lo confirmaría".<br />
Termina por volver en sí, recordando que la suya también es una vida y que merece ser llevada con responsabilidad. "No hay peor vago que el que se anota en la facultad y después no quiere estudiar", se castiga. Relee a la pasada convencido de ser el próximo best seller de la era informática e imagina lo complicado que podría tornarse el tema de la facturación.<br />
"El flan perfecto no cobra ahora y no cobrará nunca por lo que dice sin previo aviso", afirma en tercera persona. Dice que no le interesa ser como ellos. "Que la crisis la paguen los capitalistas", destapa su innegable parecido con el Che y se escabulle a estudiar las mejores formas del monopolio, pensando que siempre es posible conseguir un poco más, porque los que tienen poco son muchos, pero se los representa poco.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-91846003156876239022011-04-29T22:05:00.002-03:002011-04-29T22:08:12.250-03:00A la perinola¨A la perinola¨, dice un tanto cansado el flan perfecto, ¨cómo se pasa el mes¨. Y todo sin que se le caiga una idea, o cuanto menos que la redacte. Con inexplicable transparencia se sincera y confiesa escritos inconclusos, aún cuando se niega a explicar las razones de cada abandono.<br />
A la perinola también lo que le pasó a Busse, del Rojo, ahora con secuelas de ketamina en el cuerpo, sin auto, sin perro, sin electrodomésticos y con una bellísima ex novia. El flan perfecto ha escuchado sus declaraciones en radio y no puede menos que sentir una fenomenal indiferencia; ciertas ganas, quizás, de recaer en la anestesia para caballos, amén de un pasado ligado al sueño profundo y a las drogas veterinarias. Hoy el mundo le gira diferente al pobre: los excesos se pagan con despidos y a cada despido le corresponde una hipoteca. "Un desliz y a vivir bajo la autopista", piensa y le dan ganas de llorar.<br />
El flan perfecto se repone rápido, cambia velozmente el color de sus pensamientos. Porque siendo fin de mes, se da cuenta de que ya pasó casi un mes desde su principio y que en comparación su vida es ahora más corta. No es que no le guste vivir, pero aprovecha las estadísticas para hacer de su tiempo algo cada día más valioso. "Piensen en lo aburrido y desmotivado que debe estar el de Highlander por estos tiempos¨, invita a reflexionar.<br />
Por otro lado, para hacer los días más largos están las jornadas de oficina y los despertadores.<br />
Comenta el flan perfecto, a modo de anécdota, de una vez que su abuelo al oír la alarma de las siete, tiró el vaso con su dentadura postiza contra la pared y se puso el despertador en la boca, en una disparatada confusión de objetos. Se ataja al notar lo increíble de la historia y dice: "Puede también que lo haya visto en la tele. La memoria, como la juventud, con los años empieza a fallar".<br />
Con algo de dolor, rememora la vez en la que a él mismo le robaron un despertador en el colectivo. No lo sabe con certeza pero tiene la fuerte sensación de que fue una señora que pareció tropezarse. "Donde quiera que esté, señora, espero que su pecado le haya servido de algo y ahora se levante más temprano, quizás para trabajar y variar un poco", desea en voz alta con una frase de un contenido tan duro que casi desearía haberla callado. No quiere tampoco dar explicaciones de por qué llevaba un despertador en el colectivo.<br />
Sobre el final el flan perfecto no sabe si decir algo acerca del clima o si comentar sus peripecias a la hora de tomar decisiones en el Gran DT. Piensa que en cualquier caso se erigiría un discurso sombrío, como el otoño y como Teófilo Gutiérrez, pero apela a la fe ciega al tiempo que agudiza sus otros sentidos, y confía en que todo está a punto de cambiar.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-19047887525611135832011-03-30T13:36:00.002-03:002011-03-30T18:08:44.811-03:00En tiempo de descuentoCuando quedan sólo dos días para que los amigos del flan perfecto compren un libro, o se decidan entre Clarín y Página 12, un nuevo escrito aparece. Quizás con los indeseables rasgos de la urgencia, como los del fraude o los de una larga fila hacia el baño.<br />
Aparece entre las sombras de horribles sucesos orientales: un terremoto que se mide en una escala sin límite superior; el asesinato de un chino en circunstancias dudosas, a metros del Parque Centenario; el aumento de los precios inmobiliarios en Punta del Este.<br />
El flan perfecto escribe descansado por el fin de semana largo, con un puente glorioso entre la memoria y el tenis, entre la acción civil y el reposo académico (¨para no perturbar la conciencia¨, se justifica).<br />
Activa el modo automático para evitar el stress y el compromiso del mismo modo que lo hace en su trabajo. No se excusa por su doble vida pero aclara que lo hace sólo por el dinero, como la chica que trabaja de su cuerpo, para recuperar las sucesivas quiebras de un blog deficitario.<br />
Por otro lado advierte que es normal pasar desapercibido en esta época en que todos andan ocupados criticando a Vargas Llosa. No es que se compare con él, sólo que cree tener un corazón más noble. ¨Quiéranme porque los quiero, no por lo que escribo¨, arroja su manotazo de ahogado.<br />
Enterado de la fecha de elecciones de la ciudad (y de la reprogramación de la Davis), el flan perfecto anticipa su voto no positivo al tío Macri, pero pide a su sucesor que continúe con las obras en las ciclovías y que los del<i> bicing </i>obliguen a los ciclistas a usar casco (¨no seas cabeza dura¨, propone como eslogan sin estar seguro de que el mensaje sea correcto).<br />
Como cierre obligado, se pronuncia en contra de la polarización y a favor del debate y se le ocurre que una consigna similar a la del <i>bicing</i> podría funcionar.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-59219322272049219882011-02-11T23:06:00.005-03:002011-02-11T23:12:32.719-03:00FebruaryYa se hizo costumbre esto de aparecer una vez por mes. Como aquel asunto femenino de tanta prensa que poco comprendemos, más por impresión que por otra cosa. Así que el flan perfecto ya no se gasta en títulos y pone el mes en cuestión, en inglés, para darle una inesperada vuelta de tuerca.<br />
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Entiende los riesgos de poner fecha límite a su próximo escrito y adivina el peligro de ser confundido con una agenda. Pero el flan perfecto no llegó hasta aquí pensando en consecuencias y decide continuar su temeraria empresa. Piensa en los genios, incomprendidos en su época, e imagina la suya como una muerte pobre, un éxito retardado, unos bisnietos inmensamente ricos.<br />
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Se le ocurre también que las publicaciones espaciadas pueden suscitar el misterio. La duda. ¨En qué andará el flan perfecto?¨, se preguntarán los más curiosos. ¨Qué vida tan interesante debe llevar. Y qué delicado al hablar de temas banales y cotidianos para no marcar diferencias con el resto¨, pensarán otros cuantos.<br />
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El flan perfecto, por su parte, no cree que el suyo sea un discurso tan inocente y afirma tener algo que ver con la renuncia de Mubarak. Se desliga de los incidentes antes de ser acusado y envía un mensaje cifrado para sus activistas más cercanos (YlkwhsAhorafowfQuerwihwSeliejwqeFueskfwhMubarakergejQué lefhwlifGarchawlfwlHacemosdifrropilMuchachos?).<br />
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Pensando quizás en alguna mente indiscreta y superior, y para cambiar bruscamente de tema, el flan perfecto pregunta a sus lectores si sabían que el torneo clausura 2011 se llama Néstor Kirchner. ¨Por si querían una polémica¨, arroja y evita hacer más comentarios al respecto.<br />
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Por lo demás, febrero se presenta templado, casi fresco. Por suerte las chicas porteñas siguen mostrando carne por todos lados, aunque comen pollo, pescado y hombres más lindos que uno. Pero propensos a hablar gansadas, como uno.<br />
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¨No piensen en marzo si quieren disfrutar febrero¨, alecciona el flan perfecto en un rapto de sabiduría. ¨No fumen y coman con poca sal¨, pronuncia casi entre lágrimas, sabiéndose parte del problema y de la solución de dos temas muy serios.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-77385275670130261312011-01-22T14:34:00.004-03:002011-01-23T09:40:18.966-03:00JanuaryA falta de introducción, el flan perfecto habla bien del clima, de un enero templado, interrumpido por dos o tres rayos mortales de excesiva prensa.<br />
Cuenta de unas cortas vacaciones en la playa, de doscientos metros de arena hirviendo para alcanzar el mar furioso, dispuesto a ahogar al primer desprevenido.<br />
Habla de una rutina que supo ser vida. Que gracias a una peor mereció fotos y se recordará con anécdotas.<br />
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Señala las ventajas de andar en malla y con anteojos de sol, más que nada en verano, para evitar el ridículo. Confiesa que al mar bravo se lo enfrenta con cuidados, el agua hasta la cintura, el guardavidas en la orilla. Sabe de un amigo que salvó su vida de milagro y que tiene una enemistad transitoria con el océano Atlántico.<br />
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De cara al futuro el flan perfecto se impone tajante: ¨Coche cama o nada¨ cuando se trate de un viaje más allá de las fronteras naturales y artificiales de la ciudad. Volver al semi-cama sería arrojarse, cual mono, a una rama más baja en el árbol de la evolución. Y el flan perfecto no quiere vivir en el pasado, como una vez acusaron a cierta presidente, ciertos muchachotes de la oposición.<br />
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Por lo pronto enero está cubierto. El flan perfecto cumple con su escrito mensual, no pago, escasamente leído. Advierte a los lectores de los peligros del sol y del exceso de rabas y de papas fritas. Aconseja no encariñarse mucho con el verano porque el año lectivo-laborable es un invierno fueguino permanente, con rayos de sol que alcanzan apenas para míseras fotosíntesis de árboles que luego caen sobre autos, levemente reparados por seguros contra todo riesgo, que irán aumentando por una inflación permanente, genuina e impulsada por gente inescrupulosa que al mes se quejará de los aumentos y cortará calles hasta convertirlas en infiernos de insultos y violencia, servidos en cada desayuno por medios que nos llenan de paranoia y nos hacen blindarnos y pedir cárcel para adolescentes que una vez que salen seguro matan a tres sólo para cobrarse el tiempo perdido en una institución que los redujo al abandono y a condiciones que como mucho pensábamos existían en Irak.<br />
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Notas al pie:<br />
-El flan perfecto sabe que la baja de la edad de imputabilidad es un tema complejo que no se resume en las dos líneas cargadas de dirección y simplismo que le ha dedicado.<br />
-El flan perfecto no quiere desmerecer el clima fueguino.<br />
-El flan perfecto aprendió en la facultad que, según teorías económicas aceptadas, el mercado de seguros es óptimo y maximiza el bienestar social.<br />
-El flan perfecto conoce la costa argentina y es testigo de la comodidad del coche cama.<br />
-El flan perfecto nunca ha viajado a Irak.<br />
-Medios y paranoia es un debate aparte.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-19484839986465886362010-12-20T16:23:00.003-03:002010-12-20T16:32:12.842-03:00Si no digo nadaSi no digo nada antes de fin de año, creerán que ha ganado la censura. Que el flan perfecto no cree en la navidad y que está en contra de la pirotecnia. Pero las palabras salen como birras estos días, casi sin excusa, y van a parar a un doble fondo que parece absorber todo, como el hígado.<br />
Si no digo nada, qué pensarán mis blogs más amigos? Dirán de mí un espacio sin alma, frío como las fiestas del gran país del norte, sintetizadas en la desdichada noche buena del pequeño Kevin, mi pobre angelito.<br />
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Si no digo nada puede que se seque la tinta y se pegue en paredes de mi conciencia, a modo de alquitrán. Puede que me atormente por siempre. Las gansadas no dichas, los recuerdos no contados; el temor de cualquier charlatán.<br />
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Son épocas de reflexión, de balance, de una feroz autocrítica. Los proyectos no se han cumplido, las metas no se ven ni siquiera a cierta distancia y lo que uno creía crecimiento no es otra cosa que envejecer.<br />
Madurar queda para las frutas y para los proyectos de ley.<br />
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Con la tranquilidad del incumplimiento, empiezo a fijar objetivos para un 2011 muy cercano, vecino al fin del mundo y anfitrión de la Copa América, junto a nos los representantes del pueblo argentino.<br />
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Empiezo a vivirlo, y a usar la cabeza para cosas que se resuelven en el corazón.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-54815605909454708682010-11-15T18:00:00.002-03:002010-11-16T19:50:47.766-03:00RockeroEl rockero le escribe a su pareja estable. Cambia revolución por un plato caliente a la vuelta del ensayo, se corta el pelo porque ella se lo pide y le parece justo. Combina breves dosis de cerveza con largas caminatas, distorsión y acordes disonantes con letras que apuntan al confort.<br />
El público no perdona y se habla como poco de traición. En cualquier recital en donde las remeras sean grises de tanto pogo, donde el negro se va fundiendo en el salto unánime y el estampado muestra la hilacha, la muchedumbre dedica cánticos de desprecio al artista, antes de que empiece el show, entre tema y tema, y como despedida.<br />
El rockero se entristece puertas adentro, abrazado a su mujer, el perro a los pies de la cama. Comenta lo dura que puede volverse la gente, lo difícil que resulta pertenecer a algo por mucho tiempo. Reflexiona sobre los prejuicios de gente que parecía tan libre.<br />
Aquello que podría gustarle a un nuevo público, identificado con letras tenues desparramadas en temas violentos, se vuelve estéril. Esa gente conoce su pasado y no perdona. Desconfía de su reciente trabajo y se refugia en una crítica destructiva, ocultando un fanatismo latente que probablemente nunca revelará.<br />
El rockero se sabe incapaz de traicionarse e insiste, quizás con palabras algo más oscuras, producto de una incipiente depresión. Canta a su mujer y a sesiones de terapia que lo alivian; a algunas medicinas poco recomendadas. Lleva sus trabajos bajo el brazo, tocando timbre en discográficas independientes, viendo como se cierra una puerta tras otra, al tiempo que sus fuerzas decaen y su pareja se preocupa.<br />
El público le pierde el rastro y ya no hay enojo, sólo indiferencia. Las radios evitan sus canciones aunque al musicalizador le guste, que no lo dice, que teme por su puesto.<br />
El rockero se vuelve adicto, ya no a medicinas sin prescripción, sino a drogas pesadas, de las que te meten preso. Combina ciclos de euforia y creatividad autodestructiva con letras de desprecio sin dirección, a un mundo que cada uno imagina como su propio enemigo.<br />
La mujer lo deja, esparciendo un río de lágrimas a su paso, una tristeza profunda que le sabe a culpa, llevándose al perro y unos cuantos bártulos con ella.<br />
Su público lo recibe de nuevo como uno de los suyos. Como un buen hombre que por un momento se alejó del camino. Tienen remeras y mochilas con su nombre y no dudan en volver a lucirlas. Porque la traición sólo se siente cuando hay cariño, y nada quiere más un buen resentido que volver a querer.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-8219460514279142302010-10-20T13:54:00.000-03:002010-10-20T13:54:53.648-03:00Un pie en la rutaAhí viene lo bueno, a trancos desde febrero más o menos. Lo bueno de meter dos pares de medias y tres remeras en una mochila, anticipando un viajar sucio y poco premeditado. El irse justo cuando se viene el verano jodido, describiendo nuestro andar más cobarde, en un año con todo a medio hacer.<br />
Viene el asunto de partir la cabeza en dos y de dejar que la más impulsiva maneje tus ahorros, que justifique todo con la inflación y la baja tasa de interés. El asunto de animársele al sistema y al futuro, sin duda abstracciones que no conocemos en lo más mínimo; pero suena arriesgado y nos gusta oírlo.<br />
Ya tenemos un pie en la ruta que hoy nos encanta y mañana odiamos porque el dedo pasó de moda y la inseguridad es la excusa perfecta para no cargar con unos hippies. O el tema de la ley, en las camionetas con cajas.<br />
Nos ponemos anteojos de sol hasta para ir al banco porque no todo es no encandilarse sino también manejarse con estilo. Sacamos el plazo fijo antes de tiempo, defraudando a mucha gente de traje y entorpeciendo un sistema que casi no conocemos, pero que se basa en conductas opuestas a las nuestras. Amenazan con tremendas penalizaciones, pero tras los lentes oscuros todo parece lejano, incapaz de culminar en consecuencias reales. Si tuviésemos un arma quizás intentaríamos llevarnos unos pesos extra, pero el tema del desarme en el fondo nos preocupa y proponemos cambiar pistolas por libros, granadas por participaciones en redes solidarias.<br />
De shopping las mallas amagan con volverse pantalones largos y nos preguntamos quién empezó a corromper el objetivo inicial de estar cómodo y veraniego. Pero las vendedoras fingen que no entienden de qué hablamos y nos tratan como a un dinosaurio.<br />
Caminando por calles céntricas nos identificamos con los nuestros y pensamos en saludarlos, pero se nos ocurre arriesgado y preferimos una complicidad implícita, que se refleje sólo en un paso despreocupado y en las havaianas de color.<br />
No es por ser alarmista, pero tampoco es cuestión de ignorar esta ola de irresponsabilidad que se nos viene cada primavera. Puede que un día le sigamos mucho la corriente y ya no haya vuelta atrás.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-35727233346658138422010-10-15T20:42:00.000-03:002010-10-15T20:42:57.321-03:00Como un grisínEl flan perfecto, como el banco central, imprime un papel devaluado, con altos costos para su credibilidad, atentando contra su propia institución. Dinamita sus bases en medio de discursos sin respaldo, contra toda teoría literaria.<br />
Establece prioridades con la sensatez del niño, prefiere callar verdades, decir huevadas, convencer al lector por cansancio y no por calidad.<br />
Representa la palabra del argentino que prefiere pronunciar miles antes que pensar dos veces. Se acerca peligrosamente al<i> status</i> del charlatán y es inmaduro por falta de opciones, pero elegiría serlo si pudiera.<br />
El flan perfecto navega una internet obsoleta, reniega de twitter por ignorante, pero se anuncia en facebook y hace más evidente sus contradicciones. Pero todos conocen algún fundamentalista y no por eso hay que marginarlo. Incluyamos al diferente para no pelear entre nosotros.<br />
Es menester que confíen en su voluntad de pago. El flan perfecto promete retribuir cada minuto de lectura desperdiciada con horas de atrapantes historias, personajes queribles que se asemejen de forma sutil a cada uno de nosotros, y finales para todos los gustos, con el infaltable ingrediente del amor.<br />
Absorción para la creación, se repite hasta el cansancio, leyendo hasta el pote de la crema de enjuague. Pero nadie cree tampoco en el silencio. Y las páginas caducan. Y el cliente se va con la competencia.<br />
El trabajo se hace cuesta arriba cuando se tiene que pensar hasta el título, cuando el pasado te respalda menos que a medias y cuando el hombre de acción te apabulla cada día con una nueva idea.<br />
El flan perfecto lleva su ilusión como bandera, pero de momento no corre viento y el mástil titubea, frágil como un grisín.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-77122899720453528012010-09-08T12:08:00.005-03:002010-09-08T18:20:07.809-03:00Viejo verdeHabía un termo. Que era distinto a los demás, por lo viejo y porque era verde. Un termo que no te silbaba si lo dejabas mal cerrado y que se hizo amigo cebando litros y más litros de mate. Nunca quiso llevar café con leche azucarado o jugo para un pic nic; y nunca lo obligamos.<div>Pero resulta que un día las cosas están arriba de una mesita plegable, que un tornillo se cansa de sostener y que no hay cosa apoyada que se salve. Eso pasa por tenerla siempre desplegada, me dicen algunos. Y puede que sea cierto, el tornillo contaba con recesos que no supe darle.</div><div>Igual el mundo sigue, y si uno no toma mate es fija que empiezan los problemas. Así que nos vamos de compras, unos billetes que valen casi tanto como los del juego de la vida y yo. </div><div>No puedo evitar sentir la traición. Un asesinato, una bolsa de plástico, un reemplazo. La sospecha entendible del barrio que susurra a medida que avanzo. Ni siquiera hacia un negocio acogedor, con dueños de edades incalculables. Voy al súper, a llevar lo que me quieran vender en otra bolsa de plástico, a intercambiar palabras apáticas con una cajera caracúlica.</div><div>Elijo el termo más feo, porque no creo en el olvido. El más barato, con la ilusión de que una sustancia tóxica se desprenda de su interior a cada mate y termine por hacer justicia. </div><div>Tiene Discoplús?</div><div>La tengo en el bolsillo, pero me niego a sacar provecho de la desgracia. No soy Crónica TV, aunque me agrada que digan cuántos días faltan para la primavera.</div><div>No, no tengo.</div><div>Rechazo la bolsa de nylon que me brinda la cajera con cartel de Carolina y me acuerdo de que en un momento las habían prohibido.</div><div>El ticket me avisa que hubiera sumado 10 puntos por la compra y me agradece por elegirlos. Yo me siento un inmundo, pero saludo cortésmente.</div><div>Cuando estoy de nuevo en casa me doy cuenta que es el primer termo que estreno y no estoy muy seguro acerca del protocolo de iniciación. Me pregunto si habrá que curarlo.</div><div>Lo enjuago con agua de la canilla en un rapto de lucidez, orgulloso de tan magnífica idea. El líquido entra transaparente y sale transparente y asumo que el asunto está concluido.</div><div>Todo tan rápido, sin trámites administrativos ni gastos de sepelio, que empiezo a dudar de mi tristeza. Me pregunto si seré tan cretino de olvidarlo con el primer mate y me presiento capaz de hacerlo. </div><div>Decido lo que creo más correcto y pongo manos a la obra. </div><div>Voy hasta el patio y recojo la bolsa negra que contiene al difunto. Lo saco, llevo las tres piezas que lo componen hasta la mesada y lo pongo de cara al nuevo para que mire.</div><div>En un horrible frenesí de muerte preparo un jugo de pera y sandía, del que es en polvo, con agua natural y una hielera entera. Lo revuelvo en el interior del recién comprado y cuando los cubos se han achicado lo suficiente lo tapo, a rosca, como a cualquier otro.</div><div>Los dejo uno enfrente del otro y me siento a observarlos con oscura satisfacción, sabiendo que un termo que alguna vez cargó jugo no podrá borrar la memoria de otro que no. Lo sé yo; lo sabe mi antiguo compañero; lo sabe el maldito mundo entero. </div><div>Por qué te fuiste, termo verde? Digo y le entrego una mirada sincera.</div><div>Por qué? Agrego sobre al final, mientras sirvo el horrible brebaje que me comprometo a terminar.</div><div><br /></div><div><br /></div>Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-53026090354719632772010-09-01T12:53:00.014-03:002010-09-02T22:11:47.260-03:00InescrutableEl flan perfecto pierde el Norte por lo poco letrado, y por lo inexperto, en los asuntos del corazón.<br /><br />Lo intenta. Busca por los pasillos de su alma un reguero de verdades. Pero las confunde con venas azules que terminan en viscosos aparatejos, de ruidos indescifrables.<br />Consume kilómetros de pensamientos que se atascan antes de llegar a buen puerto, apretados por un colesterol de frases vacías y panceta.<br /><br />Vuelve a intentar. Se asoma a espiar huecos inhóspitos de su conciencia, descascarados por la humedad y reducidos al abandono. Grita de a ratos hasta que ni el eco responde y vuelve rendido sobre sus pasos, sin el menor reparo, como si patease una fábrica deshabitada.<br /><br />Se queda pensativo. Medita el tema de la tercera persona y lo asocia con una impunidad ficticia, comparable a la de las peores atrocidades, cometidas por los peores hombres. Apura el paso, inquieto, como asustado por su propia sombra. Alcanza a ver su reflejo en un charco justo antes de caer. Una mueca deformada vuelve sobre sus pupilas hasta que el golpe seco del porrazo lo deja inmóvil, con los ojos perdidos a unos pocos centímetros del suelo.<br /><br />Balbucea y busca entre unas cuantas personas el rostro familiar que termine por sacarlo de allí, bajo el simple consuelo de que todo fue un sueño. Pero el tiempo transucurre con las pausas justas que lo demuestran cierto. Puede intuir que el grupo se aleja y que empieza a quedarse solo. Abre la boca con esfuerzo pero al principio un sonido gutural reemplaza a las palabras.<br /><br />Casi sin aliento, con la cara apoyada sobre el piso susurra una frase inescrutable. Las compuertas de sus ojos se cierran y atrapan unas cuantas lágrimas en el camino, mientras que otras más afortunadas se lanzan a la carrera sobre la mejilla y se estrellan de un salto contra el oscuro suelo.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-3703936012402405382010-08-21T14:32:00.008-03:002010-08-25T00:10:21.982-03:00FilosofíaEl equipo abandona la clase de filosofía y ética, se aleja en silencio por los pasillos de la facultad. Porque sus pensamientos quedaron patas para arriba y entre tanta actividad mental nadie se atreve a decir algo que lo pueda hacer quedar como un tonto.<br />Bajo nuevas ópticas sus vidas adquieren otro significado y no pueden menos que sentirse vacíos, esclavos de una frivolidad desesperante. Encaran hacia el bar vecino saboreando por adelantado unas cervezas metafísicas y lo que promete ser la charla más fértil de su flamante nivel terciario.<br />Llaman a un mozo con desdén porque ahora todos sus movimientos tienen significado, y el llevar una bandeja de un lado al otro se aparece como una tarea hueca, digna de un ser más parecido al mono que al hombre pensante.<br />Piden cervezas especiales, que no conocen, pero que valoran por su precio. La más chica es la más cara y el que la pide la prueba satisfecho. Se propone un brindis con timidez, porque nadie se anima a arrojar la primera piedra, pero el del mini porrón sugiere: ¨A la filosofía como alimento de nuestras almas y a la ética como guía de nuestras acciones¨.<br />La aprobación es unánime e instantánea y es que, además de todo, los sentimientos del grupo se han ensanchado.<br />Una vez dicho esto, los jóvenes empiezan a conversar en tono socrático, con solemnidad, sopesando cada término antes de formularlo, evitando así el riesgo de verse paradigmáticos.<br />Pasados unos cuantos minutos la charla se torna acalorada y varios de los que trabajan se quitan sus corbatas y sus sacos. Los más prolijos empiezan a perder la compostura inicial, combinando su nuevo aspecto desalineado con un espíritu inconformista.<br />En el sector apostado contra la ventana se discuten los más elementales principios de la educación universitaria y se arrojan las primeras ideas acerca de la formación de un centro de estudiantes.<br />Uno sentado cerca de la ventana aprovecha lo que significa para él el momento de revelar su verdadera identidad, su pasado hippie y en un movimiento rápido se quita una campera sobria pero sofisticada para dejar ver un suéter descolorido, con varios detalles apolillados. La impronta del muchacho cambia drásticamente y cualquiera que lo viera apoyado contra la ventana podría viajar de súbito a un pasado no muy lejano.<br />La imagen pierde brillo y el cartel que promociona las conexiones <span style="font-style: italic;">wi fi</span> se ve ahora borroso. Quizás por una pipa que de pronto acompaña al grupo, en las manos de uno que apalabra acerca de la ontología y el ser. El plasma arrinconado entre la puerta y una ventana se apaga en un acto de respeto hacia palabras mayores.<br />Pasadas las horas el escenario se transorma en un cafetín. Los jóvenes desalineados ven crecer sus barbas al ritmo de sus niveles de alcohol en la sangre. Colectivos con trompa y patentes numéricas atraviesan la bocacalle al tiempo que un camión de Manliba interrumpe diálogos de lo más fructíferos con su triturador móvil.<br />Los menúes en el bar vuelven a decir milanesa con fritas y fideos bolognesa, con precios que no llegan a las dos cifras ni de casualidad.<br />Pero claro. Al pedir la cuenta la escena se diluye. El tercer milenio reaparece, derramando su diseño por las cosas más insólitas, con una creatividad exasperante.<br />Camino a sus hogares zigzaguean de lo lindo, con sus mentes estiradas por el ejercicio y por la birra. Sospechan que mañana todo será un recuerdo borroso, surcado por una jaqueca monumental. Pero andan tranquilos. Porque en una semana exacta de devenires cotidianos volverán a la universidad, a un curso que ni el mismísimo flan perfecto sospechó que haría estos estragos.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-1122410793874245012010-08-19T14:06:00.004-03:002010-08-19T21:28:17.734-03:00Al mejor postorEl flan perfecto se especializa, gana en competitividad. Envía diariamente a sus empleados a una institución privada con el fin de convertirlos en máquinas, útiles en un sólo sentido y en el marco de una buena dirección.<br /><div><br /></div><div>No derrocha recursos. Los invierte. Genera inquietudes que no existían entre sus asalariados y promete despejar dudas en un mínimo de cuatro años. Habla de títulos, de sueldos abultados y del riesgo de terminar de taxista. Es mejor la derecha letrada, advierte.</div><div><br /></div><div>El flan perfecto se finge neutral. Pero envía a su gente a un submundo, para que se empape de su lenguaje y para que se impregne de sus modismos. Forma gente procíclica, libre de ideales obsoletos. Conoce el impacto de un tratamiento maximizador y el de profesores empresarios.<br /><br />Planea el enfoque académico de sus publicaciones. Se emociona con el formato de los <span style="font-style: italic;">papers</span> y se inclina por las demostraciones matemáticas. Busca consistencia antes que verdades, efectividad antes que renombre. Busca confianza hacia el beneficio, mira de reojo a los accionistas y se vende al mejor postor.<br /><br /></div><div> <div><br /></div></div>Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-34141509847432206142010-08-01T13:08:00.004-03:002010-08-11T12:41:10.408-03:00Alego falta de talentoSe me pide desde la dirección un escrito por semana. Alego falta de talento y de ideas. Solicito libertad, un espacio dominado por la inspiración y no por el consumo como ansiolítico. El exceso de información es desinformación, arrojo para distraer, procurando parecer misterioso.<br />Se me dice que hay que competir con Facebook y con Twitter, que lo que ellos puedan pensar es anecdótico. Que las corrientes son rápidas y queda en nosotros alcanzar su vorágine, afianzarnos como parte del caos.<br />Se me hace trabajar por el pancho y la Coca, alejado de mis afectos, en el subsuelo de la redacción. Propongo se me permitan paseos, para fomentar la creatividad y para alimentarla. Necesito ver el verde, digo casi entre lágrimas.<br />El del traje, el de los billetes, no se inmuta. Permanece pensativo y adivino sus deseos de golpearme. Pero un destello de bondad asoma y promete estudiar la compra de algunas plantas, si me comprometo a regarlas con regularidad. Asiento, cabizbajo y antes de que pueda decir una palabra más el hombre se aleja, zapatea las escaleras y divide su mundo del mío con un portazo violento, cargado de sentido.<br />Las manos sobre el teclado titubean, tiemblan por el miedo y por el frío. Pero desprenden frases dentro de todo coherentes; prometen esfuerzo, dedicación.<br />Un cuerpo casi enroscado, una joroba digna de la introversión dibujan mi contorno en la penumbra. Me avalanzo sobre mi conciencia y arranco unos cuantos pensamientos para desparramarlos sobre la hoja, cansado de ver el cursor que titila, burlándose de mis silencios.<br />Las palabras empiezan a fluir, como un turbio torrente de dolor, alimentado por horas de trabajo subterráneo, con las ojeras de las ojeras, superpuestas en oscuros matices de muerte.<br />Aunque las detengo respeto el mínimo de caracteres. Sopeso la posibilidad de renunciar.<br />Negreros, digo sobre el cierre, con un asco que no terminaría de expresar ni en formato de novela, dispuesta en pesados capítulos virtuales. Pedirme un escrito por semana es casi tan grave como la censura, escribo y lo sello con un enter, a la espera de una brutal represalia.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-44008484825971263522010-07-17T15:16:00.009-03:002010-07-18T14:35:45.438-03:00A la hora de tomar partidoEl flan perfecto obsoleto, conformado en las más prehistóricas épocas de la legislación civil y a manos de un conservador recalcitrante, ha cambiado de administración.<br />El nuevo formato es producto de un progresismo <span style="font-style: italic;">new age</span>, de una mente abierta a la novedad y a las diferencias, de un deseo de casarse, por despecho, y para que se vea.<br /><br />El Consejo en sesión, instaurado tras la flamante Ley de Medios, plantea reformas profundas, impensadas para una sociedad perpleja, paralizada por el frío y por las nuevas tendencias.<br />No sabe bien cómo pero debe reinventarse, quizás con nuevos colores de fondo, con una publicidad confusa y de un falso doblaje a actores locales, o con temas actuales y más comprometido con el cambio.<br /><br />Lo nuevo cuando bueno, doblemente bueno, dice el que escribe, aún sin saber si la gramática es correcta. Pero está convencido de que ése es el espírutu, el que llevará a este espacio que le hacía el juego a la derecha, de a poco, a tener una relación más estrecha con el Gobierno, quizás en vistas de formar parte de los festejos por el tricentenario.<br />Se convence de que su buen desempeño es crucial a la hora de mantener al progresismo en el poder.<br /><br />Pero no todo son flores, porque no es creíble y aunque los grupos de presión actúen sin tapujos. Los barras K vendrán a buscarnos, pero contactos con facciones de la mafia china nos mantienen protegidos, en el marco de una deuda de favores. Los que conocemos no discuten. Disparan.<br />Criticamos de manera constructiva y en lo que es pertinente. Sin sacar a relucir nuestro sesgo más oscuro, siempre decisivo a la hora de inclinar la balanza.<br /><br />Buscamos la rectificación de un indec que no merece mayúsculas, un compromiso mayor para erradicar la inflación, menos manos en las cajas ajenas y discresión a la hora de emitir decretos de necesidad urgencia.<br /><br />Un país serio necesita un blog que no se defina. Un blog que sea confuso y que se contradiga, que induzca al más desinteresado debate, en pos de una Argentina que traiga la copa desde Brasil en el 2014. En pos de una web libre de frivolidad, menos atada al diseño pero con uno bueno, y de gente libre de pasados y otras afecciones a la hora de tomar partido.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4392303000510766798.post-53941145153336378592010-07-04T15:59:00.004-03:002010-07-05T10:46:48.977-03:00Lágrimas y alcoholesSólo nos queda tristeza y soledad. Palabras analgésicas para un país en cama. El torpe juego del ritmo, la danza sintáctica de una semántica sin corazón. <br />Sólo nosotros para nosotros, porque el mundo se empapa de un oscuro regocijo. Digno de unas almas de alquitrán, propensas a la maldad y al deseo de muerte. El maquiavélico uso de los titulares, el festejo de nuestros vecinos más próximos.<br /><br />Sólo la pérdida de la razón en un vaso interminable de lágrimas y alcoholes.<br /><br />El clima fuera de estación siempre presagia, como el pulpo y como el pueblo expectante. Pero de a uno se van convenciendo y terminan por rendirse a los hechos consumados de tiro libre y de contra. A un pueblo germánico al límite de su efusividad, en un festejo para nosotros medido.<br /><br />Una vez más el hombre se confunde y abandona los abrazos cuando más los necesita. Se hunde en lamentos solitarios frente a un televisor imprudente, incapaz de manejar el control remoto con sabiduría.<br /><br />Sólo por hoy, volvemos a la tierra de las cábalas truncas y al de las promesas que no habrán de cumplirse. A ocuparnos de nimiedades como el trabajo y la salud, mientras el alma hace su duelo y se amiga con la pelota.Manuel Yansenhttp://www.blogger.com/profile/03708063028535838580noreply@blogger.com2